Por arte de magia, los problemas en una empresa no se solucionan. Mientras más tiempo pasa, la situación y las deudas empeoran.
Las ventas no cambian solas, ni tampoco los problemas con empleados.
Las empresas grandes no esperan que los problemas se solucionen solos, busca ayuda.
Cada problema que enfrentamos, alguien más en el mundo ya lo resolvió. La diferencia está en que aún no sabemos cómo lo hizo.
Y ahí es donde marcan la diferencia los mentores y otros empresarios.
Contar con la guía de quienes ya han recorrido el camino te permite encontrar soluciones más rápido, evitar errores costosos y avanzar con mayor claridad.